Una emocionante innovación está cambiando la vida de las personas con parálisis. Julie Lloyd, una mujer del Reino Unido que sufrió un accidente cerebrovascular, está reaprendiendo a caminar gracias a unos pantalones especiales impulsados por inteligencia artificial. Estos pantalones, creados por la empresa tecnológica Kurage, han sido una bendición para Julie y otros pacientes en el Reino Unido y Francia.
Antes del accidente, Julie, de 63 años, era una apasionada corredora de maratones. Sin embargo, el derrame cerebral le causó parálisis parcial en un brazo y la pierna izquierda. A pesar de los desafíos, con ayuda de un bastón, logró caminar hasta 3.000 pasos al día. Fue entonces cuando su fisioterapeuta le sugirió probar estos pantalones innovadores.
Los pantalones, llamados NeuroSkin, funcionan mediante electrodos controlados por inteligencia artificial que estimulan la pierna paralizada. Julie describió la experiencia como si su pierna estuviera siendo guiada. Aunque al principio sintió un ligero hormigueo, en poco tiempo pudo caminar sin la ayuda de su bastón, algo que no había logrado en seis meses.
¿Cómo funcionan? La tecnología se basa en la electroestimulación muscular, un método utilizado en rehabilitación desde hace años. Sin embargo, con la incorporación de la inteligencia artificial, los pantalones ofrecen una precisión sin precedentes en la estimulación. Los pantalones NeuroSkin están equipados con electrodos colocados en los principales grupos musculares de las piernas. Estos electrodos envían impulsos eléctricos que provocan contracciones musculares, permitiendo recrear movimientos funcionales de manera controlada.
Para pacientes como Julie, los pantalones recopilan información de los impulsos que el cerebro envía a la pierna sana y luego envían un estímulo similar a la pierna afectada, recreando un paso natural.
Esta innovación ofrece esperanza a millones de personas. Solo en Gran Bretaña, hay 1,3 millones de supervivientes de accidentes cerebrovasculares que podrían beneficiarse de esta tecnología. En España, se estima que 330.000 personas tienen alguna limitación funcional debido a accidentes cerebrovasculares.